Ella no quería llamarse Fernanda.

Esto de andar como nada por la vida igual es bueno, no sentir pena, no sentir esa felicidad que te llena el pecho (pero si esa felicidad con sonrisa), no sentir vergüenza, no sentir enojo, no sentir rabia ni sentir incomodidad ni andar impulsiva.
Ahora estoy como al margen de todo, sólo soy una espectadora.
Estos dias de eternos viajes en metro han sido tranquilos, el metro avanza y yo no me percato de nada.
Ya no me dan ganas de pelear, sólo miro todo.
Creo que he dejado de decir garabatos también.
me quedo pegada mirando todo y no me doy cuenta.

pero la Señora Carpenter no me cayó muy bien que digamos.

Y las cosas van mas lento, como pánico.

Aún así no me tinca mi carrera, igual para mi es incómodo estar todo el dia con puras mujeres.
Lo único que me gusta hasta ahora es Representación de Vestuario Femenino, pero yo quiero estudiar artes, quiero entrar a la Universidad Católica de Valpo y estudiar Artes.

Ando imbécil, ando muy pasiva, Me desdoblé y con esta cosa sale a flote la Fernanda que nunca ven, Pero estoy bien, me siento bien igual, de vez en cuando es rico dejar de lado toda tu mierda y ponerte otra máscara.

Y ayer lo pasé super bien po, osea en la mañana fue una mierda porque la profe de Apresto está terrible loca, pero después fui a rosas con Daniel porque yo tenía que comprar unas reglas, despues al mall del centro, para mi casa, para la casa de la Nadia y a mi casa de nuevo y ahí weando con mis primas y nuestro Ron Pampero, y el tabaco, y enrrolando como enfermos y todo super entretenido.



y saben qué?
extraño más que la chucha al Emai y lo amo con todo mi corazón.